La problemática que existe con los residuos plásticos es más que evidente. Hay varios estudios que evidencian que el plástico mal gestionado es un problema grave: islas de plástico en diferentes puntos geográficos, porcentaje de residuos plásticos en el mar (más del 50% de residuos en el mar son de plástico de un solo uso), microplásticos de diferentes orígenes, etc. Este hecho, ha generado una visión negativa entorno al plástico.
Esta preocupación está presente en el nuevo marco legislativo en que se encuentra el sector del packaging y es que el 2018, la acción sobre plásticos fue identificada como una prioridad en el Plan de Acción de Economía Circular. En 2019, la Comisión Europea publicó "A circular economy for plastics" donde se describe la problemática de manera detallada, los impactos de la polución del plástico en la sociedad y el medio ambiente. El mismo año, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, publicaron la "SUP Directive" sobre los plásticos de un solo uso. Recientemente, el "Green Deal", hizo difusión de la recopilación sobre las decisiones tomadas y el Road Map de este pacto verde en Europa resumidos. En España, ya el 2018 se trabajaba en un documento guía para una economía circular, y finalmente se ha publicado el "España 2030: Estrategia española de economía circular". Las acciones, tanto nacionales como europeas, se están llevando a cabo por un cambio que tiene como directriz la sostenibilidad.
Dentro de las diferentes vías de trabajo, el camino de los bioplásticos se prevé como parte de la solución a la problemática. Es una medida que está tomando fuerza, con tendencia actual de crecimiento en producción, desarrollo y aplicaciones, acompañado por directrices estatales y europeas, que posiciona este tipo de material en el foco central de una economía circular para la industria del plástico.
No obstante, los procesos de transformación relacionados requieren un conocimiento más profundo (comportamiento térmico, mecanismos de degradación, cristalización, etc.). Durante este último año y medio, Industrias Plásticas Triana y Eurecat han llevado a cabo el estudio de materiales plásticos más amigables con el medio ambiente compatibles con los productos de Triana. Este estudio tiene como objetivo encontrar una alternativa viable al material actualmente empleado por un caso en concreto. De este modo, Industrias Plásticas Triana encontrará la viabilidad de incorporar dentro de su catálogo de productos, nuevas tipologías de productos fabricados con bioplásticos que sean sostenibles y biodegradables.
Una vez encontrados los materiales adecuados, se quiere hacer una primera prueba piloto, con piezas existentes en el mercado las cuales mos darán la cuantificación y viabilidad del proyecto. La estimación es fabricar un 5% de los envases seleccionados en material biodegradable del próximo año y un 50% en 2025 y un 1% y 10% respectivamente del total de producción de la empresa en la categoría de envases de gran consumo.
Finalmente, cabe mencionar que el objetivo del proyecto se ha alcanzado correctamente, encontrando un grupo de bioplásticos para ser utilizados como materiales más sosteniblese en un envase en concreto, un salero. Estos resultados suponen un inicio en el camino hacia una economía circular, cada vez más sostenible y con menos impacto ambiental. Industrias Plásticas Triana podrá ofrecer envases biodegradables para contribuir con la reducción de residuos plásticos.
Se prevé que el camino tomado no se detenga, y el trabajo sea trasladado hacia otros envases para ampliar la gama de productos biodegradables. Además, se realizarán ensayos bajo norma para comprobar la biodegradabilidad del envase.
Este proyecto ha sido subvencionado por la Agència de Residus de Catalunya y cuenta con la participación del clúster.